martes, 2 de junio de 2009

La Instalación y La Expresión Tridimensional. Por Eliseo Solís Mora

La instalación como recurso de la expresión tridimensional
Por Eliseo Solís Mora
Vista como integradora, la instalación es un recurso recurrente en el arte contemporáneo, no pretenderé, sino definir mis atisbos aproximados desde el proceso plástico, tomando en cuenta las investigaciones previas acerca del espacio, intervenciones museales y puntos de vista de la suspensión como recurso plástico en la expresión tridimensional.
Eliseo Solís Mora. Seres Abstractorgánicos en Circularidad Espacial. 2006. Instalación. Mecate de sisal, cabilla estriada, marmolina, cemento blanco, arcilla, MDF, óleo y arena. Museo de Arte Moderno Juan Astorga Anta (MAMJAA). Mérida. Venezuela. Foto Eliseo Solís Mora

La instalación como género o acción contemporánea tomó predominante relevancia a finales de los años 60, siendo en los 70 de mayor difusión, a partir de estos años hasta hoy se han ido incorporando diversos elementos, desde materiales naturales, desechos, objetos cotidianos, industriales, hasta los mass media, para crear una experiencia sensorial, visual y conceptual en ambientes determinados.

Aunque, sí tomamos la afirmación de Calzadilla, realmente se habla de instalación a partir de años 80, porque no podemos confundir ésta con sus “ancestros o precursores y decir que la ambientación fue una primera instalación”. Es importante este contraste de la historicidad de la instalación, por ello, del libro de Jacquelin Goldberg acerca de las instalaciones, extraigo partes del texto de Juan Calzadilla(1931) artista, poeta y crítico venezolano, donde propone que, “la ambientación se diferencia de la instalación de hoy en el hecho de que funcionaba como atmósfera tridimensional, dotada de la dimensión temporal que le acordaba el rol atribuido al público, el cual se intercalaba con la obra objetivamente en términos plásticos, a manera de una estructura que se recorta en el espacio o se proyecta desde éste al afuera, para dejar a la vista, en ambos casos, el proceso seguido, pero sin depender del espectador como participante del hecho. La ambientación era, en general, más escenográfica.” (Pág.: 152).

Como principal precursor podríamos situar a Duchamp y el uso de objetos cotidianos resignificados como obra artística, más que la apreciación de la escultura, basada en el trabajo plástico y las intervenciones de los espacios tradicionales, por tanto la expresión tridimensional. Si bien, las ambientaciones fueron escenografías, el objet trouvé, fue lo conceptual del espacio y lo más aproximado a las instalaciones, entonces, ¿qué es una instalación?

En el libro, coleccionar arte contemporáneo de Adam Lindemann del año 2006, define en su glosario a la instalación, como el “acto de colocar un artista sus obras en un espacio específico para crear un efecto deseado. Puede referirse también a la colocación de unas obras en un museo o una galería por parte de un comisario (curador) o un marchante (galerista)”. (Pág.: 284).

La instalación o la acción de instalar elementos, es la manera de abordar el área museística o área a intervenir, que no contiene objetos, con la finalidad de construir una realidad transitoria a nivel sensorial, que al desmontarse se transformará en memoria de un tiempo-espacio en el espectador. Algunas instalaciones son sitios específicos de arte o los llamados site specific, sólo pueden existir en el espacio para el cual son creadas, algunas veces pueden ser intervenciones permanentes y otras, efímeras, prevalece un concepto ante la materia.


Eliseo Solís Mora. Espacio Levitante. 2007. Instalación. Mecate de sisal y yute, fibra de sisal, estropajos, anime, tela, P.O.P. y perlitas de anime. Medidas variables. Museo de Arte Moderno Juan Astorga Anta (MAMJAA). Mérida. Venezuela. Foto Lhya Salcedo
A este proceso exploratorio del espacio, también se añade la idea de instalación, el conocimiento previo del lugar o área, al trabajar los planos, bocetos y/o maqueta. Para tener bien claro el diseño y organización, hay que tener en cuenta la distribución arquitectónica, por las variables que se pueden presentar, a continiación estructuro un esquema de acercamiento al espacio instalativo.

SITIO o----------o CONCEPTO o----------o ELEMENTOS

Esto no es un orden cerrado, lo importante es plantearse un punto de partida. Teniendo en cuenta esta síntesis, podemos articular el espacio de la siguiente manera: cuando el sitio es conocido, el concepto se trabaja para la integración de los elementos en éste. Aquí se presenta la idea como una necesidad física, el lugar interviene como activador ideal y creativo, permitiendo estructurar, en función de éste, la instalación, es el aspecto causal instalativo, también llamado in situ. Aunque puede considerarse, como site specific, para lo cual Pablo Oyarzún R., en el prólogo del libro de María Elena Ramos, intervenciones en el espacio. Diálogos en el Museo de Bellas Artes, se refiere al arte site specific o sitio específico, traducido literalmente, como el que se “labora con los diversos lenguajes que configuran: labora con el espacio como lenguaje.” (Pág.: 7). Cabe destacar, que esto gira en torno a obras de 11 artistas, Lawrence Carroll, Luis Camnitzer, Terry Smith, Dan Gram, Brigitte Kowanz, Joseph Kosuth, Buky Schwartz, Víctor Lucena, Ernst Caramelle, Micha Ullman y Gonzalo Díaz, que pasaron a ser parte del patrimonio y por tanto permanentes en el museo, bebido a sus características de incorporación al espacio.

Por otro lado, el concepto se incorpora al sitio donde estarán los elementos. Con todo un estudio previo, determinado por el proceso artístico, aquí la idea coincide con lo físico, es el aspecto secuencial instalativo.

Otra cosa que puede suceder, cuando se tiene previamente una instalación, los elementos que componen al concepto general se adaptan al sitio, sin cambiar el sentido e intención. Esta parte, tiene que ver con trasladar la propuesta a otro lugar, es decir, la realidad estética de la idea se reestructura físicamente. Es el aspecto total instalativo, trasladando e incorporando un espacio con características propias a otro espacio físico, en palabras de Jacqueline Goldberg es “la práctica discursiva de la instalación.” (Pág.: 56).

En el catálogo de la exposición, Instalaciones de Alí González, editado por la Sala Mendoza de Caracas en 1999, Cecilia Fajardo-Hill le hace una entrevista en torno a esta muestra y el título que la identifica, a lo que él responde, “(…) el asunto es que uno puede ver las piezas separadas por una parte pero unida por otro lado. El mismo término de instalaciones tiene que ver con eso. Si nos referimos a una instalación eléctrica o a una instalación hidráulica, que funciona con distintas formas de energía o de principios, ellas tienen ciertas funciones, diferentes unas a otras. Si en cambio cada instalación se puede dividir; un objeto, una máquina o un aparato, además de cumplir una función técnica específica, cumple otras cosas a la vez, que en principio están separadas. Viéndolas desde el punto de vista estético, una máquina está compuesta de elementos separados, pero en un sentido funcional estos no están separados.”

Aquí se habla de ensamblajes y objet trouvé, utilizando instalaciones como el término que define al conjunto de elementos y no limita o delimita sus partes contenidas, desde lo formal, se describe el proceso de cada módulo que integra una súper estructura espacial.


Eliseo Solís Mora. Tira La Cuerda. 2007. Instalación. Trompos intervenidos con mecate de sisal. Medidas variables. Foto Eliseo Solís Mora

En la instalación puede generarse un discurso estético general, como aludiendo a un sistema o circuito, mimetizando, en algunas oportunidades, la ausencia de los elementos en palabras o concepto, pero ¿en realidad hay en una instalación dependencia visual entre los elementos?, eso nos obliga a una apreciación en referencia al valor compositivo de la misma, no como algo pictórico, sino como una unidad divisible del espacio, en tanto que, en términos de Heidegger, “el arte reproduce la esencia general de las cosas.” (En Jarque, 1996. Pág.: 64).

A veces de la definición, instalación, no queda nada, cuando se ve el conjunto de elementos de manera individual y la percepción visual se concentra en las características particulares, Heidegger (1889-1976), filósofo alemán, dice, “(…)el arte en su esencia es un origen y no otra cosa: una manera extraordinaria de llegar a ser la verdad y hacerse histórica.” (Pág.: 118).

Los elementos que componen una propuesta tridimensional, liberan la contemplación y la existencia de ser o en palabras de Heidegger “dejar que una obra sea obra.” (Pág.: 104). Esto responde a una necesidad asociativa que comprende la asimilación del arte y más referida al de ámbito tridimensional e instalativo. La filosofía griega de Parménides (515-440 a.J.C.), sigue teniendo vigencia “el ser es”, pero con respecto a su tiempo, hoy esto significa para el arte, según la filosofía de Heidegger, la ontología de su fundamento, es decir, la manifestación temporal que genera el ser del ente, deviene al arte sujeto a la vida, sin la obligada jerarquización platónica, estableciendo la relación de contrarios, casi transparentándose las dicotomías.

Hemos llegado a un plano interesante para la producción artística y más aún, el sentido del arte para el ser humano, cuestionamiento, reacción, sensibilidad, motivo, es en sí la vida misma, Marcel Duchamp dijo en torno a esto, “Me gusta la palabra creer. En general, cuando alguien dice sé, es que no sabe sino cree. Creo que el arte es la única forma de actividad mediante la cual el hombre como tal se manifiesta como verdadero individuo (…) vivir es creer: al menos es lo yo creo.” Me apoyo en estas palabras para sustentar la ampliación, que va desde lo introspectivo de los procesos individuales hasta los técnicos y cómo hemos pasado de la rigurosidad clásica y moderna hasta los planteamientos posmodernos y actuales en torno a lo tridimensionalidad, no necesariamente escultórica.

Es acertado y muy ingenioso el nombrar los procesos instalativos como no convencional en palabras de Carlos Zerpa (1950), artista venezolano, cuando responde a Nayarí Castillo, en torno a la objetualidad y no convencionalidad, que según Zerpa, lo no objetual, fue introducido por Juan Acha en los años 80, al referir la contraparte del objetualismo o sacralización de los objetos, que para ese momento encajaba perfectamente, pero que de alguna manera lo encasillaba, por eso la no convencionalidad, permite la libertad total o como añade, de su más admirado ser, Fran Zappa, quien dijo en una ocasión: “la pintura, las esculturas y las artes en general estaban ligadas definitivamente por un objetivo único, la subversión por la libertad total”, entonces, de ésta manera deja claro que la instalación en Zerpa, puede ser vista como no convencional. Con un ejemplo que le hace a Castillo, concluye su respuesta, acerca de las instalaciones y el video art o vídeo arte, “recuerda siempre que se puede hacer arte de vanguardia con un carboncillo sobre papel o con óleo sobre lienzo y arte reaccionario y tradicional con imágenes digitales en la computadora o con rayos láser, el medio no hace que el arte sea de vanguardia, sino el concepto que maneje el artista.”

Pueden existir más posibilidades, que descifren el desarrollo de una instalación, todo varía de acuerdo al nivel de dificultad a priori, concepto y las condiciones físicas en las que está implicada la propuesta. Categóricamente a la instalación, puede considerarse, efímera, pero prefiero definirla, temporalmente delimitada por un período de muestra y se concibe como un todo integral interdisciplinario, tangible e integrada a un espectador activo.


Tesis de Pregrado de la Licenciatura en Artes Visuales. Solís Mora, E. (2008). Espacio Levitante. Instalación de Elementos Modulares Suspendidos. En: Capítulo I. Indagaciones. Mérida, Venezuela: Universidad de Los Andes

Libros, Catálogos e Hipervínculo Consultados
Lindemann, A. (2006). Coleccionar arte contemporáneo. China: Taschen.
Goldberg, J. (2002). La instalación. Tácticas y reveses. Valencia, Venezuela: Universidad de Carabobo y Ateneo de Valencia.
Jarque, V. (1996). Martin Heidegger. En: Historia de las ideas estéticas y de las teorías artísticas contemporáneas, II. España: Visor.
Ramos, M. E. (1998). Intervenciones en el espacio. Diálogos en el MBA. Serie reflexiones en el museo, 5. Caracas: Fundación Museo de Bellas Artes.
Fajardo-Hill, C. (1999). Alí González. Instalaciones. Alí González. Instalaciones. Sala Mendoza.
Re-Readymade. Guía de estudio 13. Fundación Museo Alejandro Otero, pág.: 1-25.
http://carloszerpa.multiply.com/reviews/item/5

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